jueves, 23 de julio de 2009

Preferiría no soñar.

Hoy es otro día
pero no tan distinto al de ayer.
Uno de características arenosa,
en donde los segundos suelen volverse largos
y los minutos eternos.
Estoy cansado y cada día un poco mas.
Me intriga saber lo que pasará
pero a la vez me niego,
la dualidad no me permite
conciliar con facilidad el sueño
aunque a veces duelen y mucho.
Porque los sueños son inconscientes
y golpean con la mano cerrada.
No apuntan pero saben herir.
La ignorancia suele ser dura
cuando actúa con coherencia.
Por las mañanas, al amanecer,
cuando la conciencia te despierta,
puedes sentir que la vida
no tuvo piedad contigo.
Pero no sucedió como piensas,
tampoco fue la noche
sino que fueron los sueños.
Es en ese preciso momento en el que,
previa apertura de cortinas y ventanas,
deseas que el cielo se caiga a pedazos
por consecuencia de una tormenta
que tal vez este presente.
Pero el Sol reina desde los cielos,
tú piensas en desplomarte en la cama
y no volver a despertar.
Existieron épocas en las que solo despertaba
para recordar los sueños y luego volver a soñar.
Pero estoy muy cansado, ha pasado el tiempo.
Hoy preferiría no volver a soñar.

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