martes, 26 de mayo de 2009

Ya no más.

Desde hace poco tiempo se despierta asustada
pensando si ella será la culpable de lo que pasa.
Se siento sola estando todo el día acompañada,
pero sabe que los estará cuando reine la luna.

Aún retumban discusiones como ecos del olvido,
necesita no pensar pero se hace realmente difícil.
No quiere ser rehén de un desamor,
solo desea ser quien tenga que ser.

Sabe que es chica y que nadie la entiende,
pero tampoco culpa a nadie por ello.
Aún es pequeña y no sabe expresarse.
Ya tendrá tiempo para hacerse entender.

Realmente desconoce el significado del dolor
pero siente que su corazoncito quema.
No siempre te lastima quien te odia,
no siempre se lastima con golpes.
En ocasiones es una lástima tener que vivir para sufrir.

Si le dieran a elegir entre tener todo lo que quiere
y compartir un futuro agradable con sus padres,
elegiría no tener que elegir y disfrutar de mi niñez.
Ya tendrá tiempo suficiente para renegar con su presente
e inundar rincones sus mis lágrimas.
La vida es bastante impaciente para perder la paciencia.

Papi, tápame que tengo frío.
Yo te amo mucho.
Mami, no dejes que se congele mi corazón.
Abrazame fuerte, no quiero sufrir más.
Yo solo quiero ser feliz,
solo tengo tres añitos.
Ya no quiero jugar más este juego.
Ya no más...

Solo soy lo que ves.

Cuán importante es lo que piense,
diga, haga o deje de hacer?
Si solo soy un soñador diurno
que disfruta de sus noches
de bocetos imperfectos
que nunca verán la luz, sin huellas
y un recuerdo incomprobable.
Qué tan influenciable puedo ser?.
Si solo soy lo que ves.
Un hombre incompletamente maduro,
sin cuenta corriente,
pero con una gran cantidad
de huérfanas sonrisas carentes de cordura
en mi haber sin saber.
Una persona que solo puede ofrecer
un futuro a plazo fijo,
diariamente renovable.
Un individuo que suele tropezar
con su propio respirar
porque no sabe si viene o se va.
Solo soy un número
que a menudo suelo olvidar,
un nombre que me cuesta pronunciar.
Solo soy un pasado
que me permite soñar,
alguien que se despierta a mitad de la noche
para corroborar que aún sigue en la cama,
solitariamente pensante.
Me gusta moverme entre silencios, casi ausente,
pero estaré hasta que el olvido
le gane a sus recuerdos,
a mis débiles pisadas
que algún día dejarán de existir.
Mientras tanto podrás confiar en mí,
aunque solo soy lo que ves.

martes, 12 de mayo de 2009

Mientras no lo olvidemos.

Vida albergue, muerte transitoria.
Qué tan lejos podemos estar?.
El pasado es un conglomerado de consecuencias
que, a menudo, entorpecen nuestro respirar
utilizando un basamento ajeno a la realidad,
en ocasiones demasiado absurdo para ser verdad.
El presente es una delgada línea
que separa el vivir de la muerte.
El futuro un aliciente,
un cómplice para esta historia
de risas pintadas y tintas sin lágrimas.
Y nosotros dónde estamos?.
Aún estaré recostado en la cama
o será que vivimos con los ojos cerrados?.
Vivo lo que creo vivir
o tan solo es un repaso
de lo que alguna vez he vivido?.
En muchas ocasiones
te intriga saber lo que pasará,
pre-segundo inconsciente.
Pero luego de lo sucedido,
no te resulta un tanto obvio lo respirado?.
Las respuestas seguramente
estarán al alcance de nuestras manos,
escrita frente a nuestro mirar.
Pero estamos acostumbrados a que nos digan las cosas
Porque no nos tomamos el tiempo suficiente
para investigar por nosotros mismos.
Es por eso que así estamos,
masa crédula e incapaz de hacer
las cosas por si solos.
Quizás la realidad sea muy distinta
y la muerte un recreo necesario.
Pero vuelvo a pensar en lo mismo,
no nos tomamos el tiempo suficiente
para verle el lado positivo al miedo
que no nos permite disfrutar de una nublada belleza
que nos impide ver el Sol,
siendo que solo basta con cerrar los ojos.
Todo esta en nuestra mente
y existirá mientras no lo olvidemos.

Y es ahí.

En dónde, en que momento nos equivocamos?.
En el preciso instante en el que pensamos, creando,
que existe un ideal.
Es en ese mismo momento
en el que creamos un pequeño monstruos,
un gran problema.
Dormimos diseñando un sueño que jamás respirará.
De niños nos hace reír,
de adultos nos hace pensar hasta las lágrimas.
Nada es lo que parece ser,
en ocasiones nos cuesta reconocernos.
Vivimos un día a día alienado,
en el cual, extrañamente,
seguimos un lineamiento.
Muchas veces nos cuesta tanto
que no disfrutamos lo que vivimos.
Otras tantas forzamos tanto el hilo
que las manos sangran.
Respiramos millones de historias,
en simultáneo, vivo y directo,
sin saber cuál es la original.
Quizás aún sea un manuscrito
que nunca se presente en ningún festival.
Tal vez sea un best seller,
"Mentes putrefactas que disfrutan del dolor".
Pero muchos creemos en un ideal
y es ahí donde nos volvemos a equivocar.

Partida de ajedrez

La vida es un conjunto de imperfecciones
que elegimos con cada paso,
que inconscientemente conocemos.
Es un servicio que utilizamos
mientras ella nos consume
con cada respirar.
La vida es un pequeño recreo
dentro de una inmensidad incomparable.
La vida son momentos,
destellos de creatividad
dentro de un marco carente de límites, intangible,
que solo te hará olvidar
que tu tiempo se evapora, agonizas.
La vida es un continuo balance
con números rojos,
un deudor incobrable
del que estarás orgulloso
tras cruzar el umbral.
La vida es una partida de ajedrez,
contra un reloj silencioso,
en el cual solo cuentas con alfiles.
Sabes que perderás
pero al final pedirás otra.
No lo harás por revancha
sino porque te gusto.