miércoles, 5 de agosto de 2009

Intentando

Me la paso leyendo pensamientos
intentando entender lo incomprensible.
Tropiezo cada noche con mis sueños,
me despierto con mi mente alienada.
Intentando comprender lo que esta escrito
me distraigo y no leo las miradas.
Desconozco lo que piensan las personas
pero tampoco reconozco mi reflejo.
Intentando intentar lo no intentado
me pierdo y no diferencio los días.
Sé que ha pasado algún tiempo
pues mis manos ya no son las mismas.
Quizás mañana deje de intentar
y comience a seguir algún consejo
porque suelo no utilizar conceptos
y comienzo ha agitarme al respirar.

domingo, 2 de agosto de 2009

Tropezar

He encontrado algo en mi mente
que me ha llevado a cada rincón de la misma,
lugares que suponía que existían
pero que me resistía a visitar.
En realidad sé que existen.
Ahora lentamente se ha transformado en un laberinto,
mi creación me ha secuestrado.
Me es necesario lograr salir para poder seguir,
solo había ingresado por curiosidad,
como un pequeño recreo entre tanta mediocridad.
Pero siento que se me ha complicado.
Es que todo parece ser tan real a mí alrededor
que la realidad no es lo que aparenta ser.
En ocasiones no llego a distinguir
si tengo los ojos abiertos o si aún sigo soñando.
Se torna tan confuso que me molesta,
me irrito en silencio.
Me da tanta bronca el pensar en demasía,
siento estar girando una y otra vez
en una gran rueda en la que suelo tropezar
con mis propios pensamientos,
sin llegar a ningún lado,
sin encontrar la pregunta que quizás este buscando.
Aún no se por qué lo hago,
solo sé que con cada paso que realice lo seguiré haciendo.
Es que estoy parado en un lugar de mi vida
en el cual no puedo identificar lo que veo,
a veces mis ojos no logran divisar ni mi propia nariz
y no es justamente porque no lo pueda hacer.
Me siento tambalear,
como si caminase sobre una delgada y larga cuerda
de la cual no puedo ver el final,
de la cual nunca veré el final.
Lo que si veo es la falta de solidaridad
que existe en esta sociedad egoísta
de la cual, lamentablemente en ocasiones,
soy parte.
Los que tienen más quieren más,
siendo que en algún momento
miraron a tantos y tantos desde abajo.
Hoy soy un número más de la gran masa
que se pasea diariamente por las calles
de esta enorme sociedad anónima.
Sociedad confundida,
sociedad que consume lo que le dan,
quizás, sin necesidad de una necesidad.
Vivimos en un mundo en decadencia
donde el destino se presenta incierto no solo para mí.
Miles de millones de pensamientos
se entrelazan en una atmosfera enferma de nosotros.
Es ahí donde me pregunto, ¿qué pasará?
Jugamos un juego en el cual
estamos conscientes de las reglas del juego.
Si de algo de lo que estoy seguro
es que me gusta ese sentir en el pecho
que se produce con cada latir,
cuando suelo disfrutar del vivir
con la gente que me rodea gustosamente.
Creo que solo tenemos que preocuparnos
por disfrutar de esos destellos de felicidad
que se presentan como pequeñas gotas de agua
en un gran desierto incierto.
Nada más.
El tiempo pasará,
pasará por sobre mi ser y me olvidará.
Yo solo espero no hacerlo.

Una hoja en blanco

Una hoja en blanco
puede llegar a decir mucho más
que un gran conglomerado
de insignificantes minúsculas,
indescifrablemente coherentes
que suelen esconder sentimientos profundos,
aquellos que el habla no puede explicar,
esos que nunca podrán ser escritos.
El silencio, en complicidad con el viento,
también suelen querer decirnos algo
pero aún no aprendimos a escuchar,
ya nadie tiene el tiempo del querer.
Casi siempre quiero decir algo
pero me enredo con mis pensamientos
intentando expresarme con certeza,
tratando de ser fiel con mí sentir.
Es ahí cuando el silencio me invade
y me quedo callado, como ahora.